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lunes, 25 de febrero de 2013

Mi paso por Cakes Haute Couture


Detalles de la tarta
Me es imposible comenzar a escribir este post sin usar la trillada frase “Es un sueño hecho realidad”, pero es que en este caso, desde que conocí los trabajos de Patricia Arribálzaga y miré la información de sus cursos, soñaba con algún día estar en ese maravilloso atelier, pero ¿sabes?, lo sentía como ese sueño ideal que te gustaría vivir pero que ves lejano y casi imposible de lograr, por eso, nunca mejor empleada la frase.
 
¿Qué decirles? Pues que he disfrutado absolutamente TODO. Comienzo por el mágico paraje donde se halla ubicado el Atelier, en Sitges, Cataluña, es para quedarse a vivir allí y olvidarse de las preocupaciones o menudencias del agitado mundo citadino, de verdad que es un privilegio tener el mar ante tus ojos cada día y alimentar el espíritu con su imponente presencia y con el calor del sol, he quedado prendada de ese lugar y eso que no tuve tiempo de conocerlo como me hubiese gustado, pero pese a ello tuve la fortuna de contar con una anfitriona maravillosa, Lisset, una amiga de muchos años con la que me une el gusto por el canto y la buena actitud ante la vida, desde este rincón te mando un gran abrazo, mi cariño y mi sincero agradecimiento por tus atenciones.

Lisset y yo en Sitges
Pues bien, llego a Sitges, me recibe mi amiga, me guía al Atelier, para que lo tuviese ubicado, luego en un encantador café cercano, tomo un ligero desayuno, aunque la emoción que tenía no me dejaba ni comer, jejeje, me despido de mi amiga y me dirijo al atelier, llamo, me dejan pasar, subo las escaleras y ¿quién me abre la puerta?, la mismísima Patricia y mi cara de felicidad fue inevitable, más cuando me saluda por mi nombre y me dice que se acuerda de mí, de cuando nos conocimos en Madrid, y yo, ¡Plop!, jajaja. Es que Patricia en impresionante, muy cercana, muy sencilla y gentil. El Atelier es un sitio de ensueño, delicado y elegante, el ambiente ideal para dejar volar la imaginación y crear verdaderas obras del sugarcraft. 

En la oficina

Área de trabajo

Patricia en una demostración
Después de este estupendo comienzo, lo siguiente fue un sucesivo acontecer de experiencias compartidas, aprendizaje, trabajo y concentración, risas, anécdotas, sugerencias, consejos y mucha técnica, todo lo cual terminó con la sensación de satisfacción por lo vivido, lo aprendido y el resultado obtenido. Tres días increíbles, con un grupo de chicas encantadoras. Una maestra sin igual, con unas enseñanzas que no se consiguen en los libros ni mucho menos hurgando en Google. Cómo me gustaría volver y seguir aprendiendo de sus enseñanzas. Así me quedó, por suerte sobrevivió al viaje:

Mi Tarta de Boda con peonía rizada
De la elaboración de esta tarta por supuesto que la Peonía lleva el primer puesto de lo que más me gustó, lleva mucho tiempo lograrla pero el resultado bien lo vale.

Mi Peonía

Otra perspectiva

Pero no se imaginan cómo disfruté pintar a mano el detalle central de las flores, razón tenía en sospechar que esa técnica me chiflaría, era la primera vez que pintaba sobre fondant y creo que las posibilidades son infinitas y los resultados de lujo, ya quiero más y más, jejeje.

Mis rosas pintadas a mano, parte delantera
Rosas pintadas a mano,  parte trasera
 
Espero no aburrirles con tantas fotos pero es que no pude parar de hacerle una vez que logré el momento para ello, ya en Madrid, puesto que le dejé la cámara a mi familia quien me acompañó en este viaje y aprovecharon la ocasión para  turistear”, mientras yo trabajaba.

Vista lateral
Espero que les guste, un beso grande a todos, yo sigo contemplándola, la tengo en casa cual trofeo. Si me permites un consejo: no dudes en invertir en tu formación, aprovecha la oportunidad de aprender de los mejores, no te arrepentirás.

Gracias a Patricia, Martín y su ayudante, ha sido un placer estar allí, espero verlos pronto nuevamente, qué sigan los éxitos.

¡¡¡De ensueño!!!

¡¡¡Hasta la próxima, gracias por leerme y dejar tus comentario!!!



jueves, 7 de junio de 2012

De cómo el amor vence todas las barreras … Tarta de Amor Azul


He comenzado a escribir esta entrada hace dos semanas, sentada en un avión, con la ilusión de una adolescente escribiendo en su diario, porque se trata de una gran historia de amor, que se ha dado en estos tiempos cuando ya muchos parecen no creer en su existencia o en su poder y porque está protagonizada por una de las personas más especiales que la vida me ha regalado, mi gran amiga Faby, a quien quiero con el alma. Por eso me encontraba en ese avión viajando desde Madrid rumbo a Dallas, Texas, para tener el privilegio de acompañarla en uno de los momentos más importantes de su vida, su casamiento.

Ella ha sido el motivo de esta aventura personal, promovida por mi amado esposo, quien al ver mi cara de nostalgia y escuchar nuestros llantos telefónicos, me propuso viajar y ocuparse el solito de nuestras peques de 1 y 3 añitos, durante una semana. Juro por Dios que jamás se me hubiera pasado por la cabeza esa posibilidad… a estas alturas, imagino que no tengo que decirles que mi esposo es el hombre más maravilloso del mundo, ¿verdad?, pues sí, lo es, así es mi príncipe azul.

Y como he sido testigo de la gran historia de amor entre dos buenas personas que han hecho frente a las adversidades del tiempo y la distancia, que pudo consolidarse cruzando para ello, océanos, montañas y desiertos, jejeje… Me empeñé en hacerles una tarta para tan importante acontecimiento, pese a que contaba con sólo dos días para ello.

 
En mi equipaje de mano viajaban los materiales y herramientas mínimas e indispensables para hacerla, (como los músicos, llevaba mis intrumentos conmigo para cuidarlos en todo momento), afortunadamente el fondant y el cake stand comprados en Amazon llegaron a tiempo a su casa y pude comprar el resto de los materiales allá.

Como no contaba con mucho tiempo, preparé un bizcocho tradicional de vainilla, con un relleno de crema sabor a almendras y con almendras fileteadas. Usé fondant blanco de Santin Ice para cubrir la tarta, fondant azul de FunCakes que llevé y un pellizco de Gum Paste de Wilton.
 
Para hacer las rosas no utilicé cortadores, las hice petálo a pétalo, como lo explica Peggy Porschen, en su maravilloso libro: Pretty Party Cakes, con muy buenas ilustraciones, que también compré en Amazon. Y además me ayudé con el video tutorial de la simpática Alma, de Objetivo Cupcake Perfecto, no puedes dejar de ver este paso a paso: http://www.objetivocupcake.com/2012/04/micropost-nuevo-videotutorial-rosas-de.html ¡¡¡Gracias Alma por hacerlo!!!

 
Mezclé 250 gr de fondant azul de FunCakes con un poco de la pasta de flores de Wilton, era la primera vez que lo usaba y no sabía qué cantidad agregar, en realidad se supone que debes usar solo esa pasta y colorearla si lo deseas, pero yo no tenía colorantes, solo el fondant azul, así que probé mezclando un poco y me pareció que estaba bien así. Luego para lograr un degradé lo partí en 4 partes y mezclé dos porciones por separado con fondant blanco para obtener tres tonos de azul, y utilizar el otro tono más oscuro para el centro de las rosas. Los pétalos van en tonos de mayor a menor intensidad.
 
El calor que hacía era infernal, por fortuna no me sudan mucho las manos y pude trabajar el fondant, pero aunque parezca raro en vez de humedecerse se secó mucho, al cubrir la tarta éste se arrugaba, tuve que darle y darle con la mano para intentar disimular las arrugas y usar un truco que me enseñaron en un curso wilton: coges un poco del mismo fondant que usas para cubrirla, haces como una bola, lo aplastas un poco y se lo pasas por toda la superficie como si estuvieras puliéndola, esto aparte de darle un poco de brillo te ayuda a disimular las imperfecciones que puedan quedar: pliegues, arrugas, empates, etc.


Como iba de carerras contra reloj, cubrí la tarta con el relleno recién puesto, y eso junto al calor que hacía, provocó que el fondant se humedeciera al contacto con el relleno, ¿ves en las fotos como se nota un poco una raya en medio?, pues ese es el relleno, la recomendación es hacerlo con tiempo para que al frisar la tarta (prepararla para recibir al fondant), el relleno ya esté acentado. Quizá haya que hacer como en el caso de las layer cakes, he leído que una vez cubierta con la buttercream se refrigera un poco, eso para que quede un acabado muy liso y firme y para que el relleno se compacte. Si alguien conoce algún otro truco para que esto no ocurra le agradezco mucho me lo cuente.

Bueno, la elaboración de esta tarta ha sido atropellada y tiene muchas anécdotas, todas divertidas eso sí, una de ellas, para no hacer más largo este cuento, es que al colocar la temperatura del horno no le dije al encargado, (Edu, el novio, jejeje), que eran grados centígrados y como saben allá la escala de temperatura se expresa en grados Fahrenheit, cuando me percaté de ello, después de un buen rato, tuvimos que ir graduando de a poco la temperatura para llegar a la deseada y lograr que finalmente se hiciera, estaba tan entretenida formando las rosas que lo olvidé por completo, ¡Ups!


Pero espero que haya quedado buena, al menos la segunda sí, de esa pequeña solo llegué aprobar un poco los sobrantes al nivelarla, y estaba bien. Ya me contarán mis amigos dentro de un año, porque siguiendo una costumbre venezolana, los novios se quedaron con la tarta más pequeña para congelarla y celebrar en su Primer Aniversario, junto a una botella del espumante de áquel día, que también deben guardar.  Yo no me creía esto hasta que lo hice cuando me casé y es increíble que pueda estar tan buena después de un año congelada. El secreto es sacarla del congelador la noche antes, subirla al refigerador y al día siguiente sacarla a temperatura ambiente y dejarla reposar todo el día hasta el momento de cortarla.

Cómo me quedaba mezcla del bizcocho hice tambipen unos cupcakes para completar la decoración, para decorarlos solo apliqué una textura al fondant blanco y encima coloqué una rosa.
 
Bueno, así fue que pude hacer esta tarta de rosas azules, y… ¿por qué azules?, pues porque quería simbolizar el oceáno que separaba a los enamorados, el cielo infinito al que miraba mi amiga suspirando cada día por su amor. Sí, sí, soy muy cursi lo sé, pero no lo puedo evitar, me encanta. Un final precioso para la historia postmoderna de este romance que comenzó de manera virtual y que hoy es ya una abrumadora realidad, ahora les toca escribir un nuevo capítulo en sus vidas, en un nuevo cuaderno, sin borradores ni tachaduras... que la felicidad que hoy sienten se convierta en su estilo de vida a partir de ahora y que tengan siempre el coraje y la sabiduría para cultivarlo, defedenderlo y perpetuarlo en el tiempo. Los quiero y deseo para ellos que nunca se vayan a dormir enfadados y que puedan siempre mirarse a los ojos, reconocerse en el otro y saber que justo allí, en la infinidad del instante de sus miradas yace su morada  perfecta, el lugar donde quieren estar por siempre, donde se sienten amados, seguros y en paz con el universo. Que la verdadera comunicación reine en su hogar, esa que sin temores pero con tacto, sabe decir lo que nos gusta y lo que no, lo que esperamos y lo que creemos. 

Ahhh… que bello es el amor, ¿verdad?, ¿a ti qué te parece, te ha gustado la tarta?... espero que me cuentes y que te sirva de inspiración… ¡¡¡ Hasta la próxima!!!