Hacía ya tiempo que había
comprado los cortadores que usé para hacer las flores de esta tarta, y estaban
allí, guardados para cuando tuviera tiempo de practicar, jejeje, ¡qué ilusa!,
ese tiempo nunca llegó, (quiero decir antes del encargo).
La novia de un amigo me
contactó para encargar una tarta, quería algo fresco y alegre, que reflejara la
personalidad de su madre que era la cumpleañera, me envió algunas ideas que
consiguió en Internet, pero me dejó libertad. Yo por esos días tenía muy
presente a mi abuelita, porque se acercaba su cumpleaños, así que, (a falta de
tiempo para prepararle una propia y cortarla en su nombre, ya que no podía
celebrarlo a su lado porque vive en Venezuela), me inspiré en ella para hacer
esta tarta y le dediqué su elaboración.
Así que me puse manos a
la obra pues tenía apenas un día para entregarla, usé estos cortadores con
expulsor para facilitar el trabajo, con ellos puedes hacer girasoles,
margaritas o gerberas. Se consiguen en un kit, con tres tamaños diferentes y
muy útiles.
Para hacer las flores
utilicé fondant de funcakes de color amarillo, porque ya lo tenía, (si sólo
tienes blanco puedes teñirlo con algún colorante alimentario en gel o pasta), y
le añadí un pellizco de pasta de flores de Wilton, que fue la misma pasta que
usé para hacer las rosas de mi tarta de amor azul.
Para darle la forma cóncava
a las flores venden unos formadores de flores que son cavidades de plástico o
corcho blanco que sirven para armarlas y dejarlas secar, yo sólo tengo dos y
quería hacer siete de una vez, así que opté por utilizar el molde para cupcakes,
pero también puedes usar un cartón de huevos o de manzanas, recuerdo que mi
profe hacía una especie de cápsulas con papel de aluminio. Una vez cortadas y
armadas las dejé allí hasta el momento de pegarlas a la tarta. No pegué los
centros hasta tanto la flor no estuviera ya pegada a la tarta, ya que así podía
ejercer cierta presión en el medio de la flor, para fijarla sin estropear el
centro marrón.
Para el centro de la flor
utilicé fondant de chocolate, y para darle la textura puedes usar unos moldes
que venden para tal fin como el que muestro arriba, yo no tengo pero sí que
quiero comprarme uno ya que trae diferentes formas, tamaños y texturas, bueno
lo cierto es que en este caso usé un colador de plástico normal y silvestre,
formando unas bolitas de fondant y presionando un poco para darle el acabado.
Las hojas las hice usando
también un cortador con expulsor que no sólo tiene la forma sino también las
marcas de la hoja, para darles movimiento las giré un poco y las dejé secar
sobre un acordeón que hice con un folio blanco, también usé fondant con pasta
de flores. Como pegamento sólo empleé agua.
Para el nombre usé los
mismo cortadores que para esta tarta. Y completé con una cinta de tela porque
me gustó como se veía, es una solución sencilla con la que se logra una bonita
y limpia terminación, pero es importante que no la uses para disimular
imperfecciones, al final tendrán que quitarla para cortar la tarta y se darán
cuenta, lo mejor es lograr cubrir perfectamente la tarta con fondant, créeme se
puede, sólo requiere paciencia, práctica y claro, técnica.
Bueno, esa es la historia de esta tarta, se me olvidaba contarles que era de chocolate con mermelada de fresa como querían. Espero les guste y sirva de inspiración, a mis amigos les encantó, incluso esta chica me ha dicho que le gustaría que le de dictara un curso básico a ella y a una amiga, no sólo de decoración sino que incluya la elaboración del bizcocho y me ha puesto a pensar en ello, aun no lo hemos planificado por la dificultad de compaginar horarios, pero me ha gustado pensar en la posibilidad de enseñar a otros. Ya veremos.
Un beso, gracias por
leerme y dejar tus comentarios. ¡Hasta la próxima!
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